miércoles, 11 de agosto de 2010

de un golpe lanzas todo por los aires y me subes al escritorio, me abres de piernas y me arrancas las bragas, y nada más, sólo las bragas. me das la vuelta, me aplasto contra el tablero de la mesa y tu peso contra mi espalda. tu aliento se enreda en mi pelo y escucho cómo te bajas la bragueta. me atas las manos hacia atrás. esto es nuevo. ¿eso es vaselina?. sí, es vaselina. ¿qué haces? ¡por ese agujero no!... te juro que esta me la pagas.
me la metes por el culo con suavidad pero con decisión, ni mis amenazas primero, ni mis súplicas después te hacen disuadir de tu objetivo. tu mano izquierda se afirma a mi cintura mientras la derecha está hambrienta de mí, jugueteas con el coño, metiendo y sacando dedos hasta conseguir que me moje. pues parece que ésto no está tan mal. me acaricias el culo, lo tocas, lo aprietas, lo pellizcas y lo abres a dos manos para disfrutar mejor en tu creación, recreándote en tus movimientos. la siento. te siento. tu polla dura, palpitante y roja, el pellejo tirante, entrando y saliendo de mí. aceleras el ritmo, me salpicas con tu sudor, gritas como un poseso y acabas explotando dentro. te quedas tranquilo y me sueltas las manos. aún boca abajo y sobre la mesa, me besas la espalda por encima de la ropa, el cuello y el pelo. con cuidado me das la vuelta y nos quedamos en silencio mirándonos de frente. tienes los ojos vidriosos. con el dorso de la mano me acaricias la mejilla, es como si ahora te diera miedo romperme. pareces tan distinto. no puedo resistirme a abrazarte, engancharte con mis extremidades y creamos el beso más tierno de la historia. esta es la mayor demostación de amor a la que dos bestias como nosotros podemos aspirar. aun así... empiezo a planear mi venganza...

lunes, 2 de agosto de 2010

la luz roja del semáforo se refleja en todo el coche, las ganas me suben desde los pies hasta las mismísimas entrañas. acerco mi mano a tu bragueta y mis labios a tu oreja, te pinto con saliva un camino que te eriza el vello del cuello y te calienta al instante. ya se te ha puesto dura y yo te la meneo con ganas, aprieto al principio para acabar con una caricia en la punta. me agarras por detrás de la cabeza y empujas hacia abajo, con suavidad pero con firmeza, y yo no puedo hacer otra cosa que reirme y la luz ya se ha puesto verde. mientras conduces sigo con el movimiento de muñeca y tú me trepas por mis muslos con los dedos... ¡Sorpresa! no llevo bragas, en un descuido las metí en la guantera. es cuando giras a la derecha, yo bajo y me la trago toda, y succiono apretando la boca y deslizando el prepucio de arriba a abajo.
-¡mierda, la poli!- te dispones a parar el coche en un lado y yo intento acomodar el color del carmín en su lugar de origen, tarea casi imposible. el agente se inclina y golpea la ventanilla, dice que tienes una bombilla fundida y que saques los papeles del coche. yo no dejo de reír y le guiño un ojo, podría ser su hija pero él dibuja una sonrisilla estúpida en la cara y me mira con vicio. abres la guantera y sacas la carpetita azul con los documentos y ... con mis bragas colgando de un canto, balanceándose en el aire, con nerviosismo las lanzas hacia atrás. el agente vuelve a sonreir y nos deja marchar y te conozco y sé a dónde me llevas, vamos al descampado de siempre a hacer lo que mejor se nos da: fo.llar.