jueves, 7 de enero de 2010

desde que vas con tu perrita de pedigree francés que olisquea de vez en cuando tu entrepierna sin llegar a morder y te mueve el rabo cuando le dices bonita al oído, se te ve como más suceptible. será que no te la chupa como a ti te gusta.
de abajo a arriba. lento. girando la lengua por todo el falo, notando cómo se te pone dura y las venas empiezan a palpitar. empapando de saliva todo y frotando un poco la nariz al subir. así varios minutos que a ti se te hacen una vida. tiemblas, estás tan excitado... y sólo es el principio.
hemos llegado a la punta y te gustan los movimientos circulares, uno por cada suspiro que das. y ahora toca comérsela, despacito, despacito... hasta el fondo...
y con la ayuda de las manos comenzar a pajearte con ganas. sin tocarte los cojones, eso no te gusta.
se te pone cara de bobo, con la boca abierta y transpirando por todos los poros de la piel. a ti te da por meterle el dedo en el culo a quien te la está mamando; lo metes y lo mueves.
supongamos que la succionadora es una mala pécora a la que le pone hacerte sufrir un poquito y deja de lamerte, entonces tú empiezas a suplicar que no pare, me atevo a decir que con un toque violento, pero en realidad la sensación te encanta. llegamos al acto final, cuando te corres. es tan simple como mirarte a los ojos con la boca llena, acabas rompiéndote irremediablemente y te quedas tirado panza arriba asimilando los hechos.
- entonces dime, ¿acaso no te la chupa bien?

viernes, 1 de enero de 2010

el que es pervertido lo lleva escrito en la frente y ella lo llevaba.
parecerá increible pero ésta vez no fui yo la que seducía, me sedujo ella a mí, y supongo que fue por eso por lo que me gustó tanto, joder si me gustó.
primero fueron gestos sin importacia. recuerdo aquella mañana en la que me quitó una pestaña que llevaba sobre la cara, se pegó tantísimo a mí que podía respirar su chicle de menta. o aquel otro día en el que me contaba alguna tontería mientras se enredaba el pelo con los dedos, movía los ojos muy despacio como si fuera una de esas muñecas antiguas y se humedecía los labios cada vez que empezaba una frase nueva. pero pronto se cansó de indirectas y pasó directa a matar. se esperó a la tercera cerveza para soltarme un 'oye, que me gustas', y sin más me dio un beso tan perfecto que lograría poner caliente hasta a un muerto. así estaba yo, caliente, calentísima. me secuestró durante unos minutos en el baño.
me mordió una oreja, y luego la otra, y después por el cuello. metió la cabeza en mi escote y yo empecé a morirme. se puso de rodillas y me clavó la lengua entre las piernas a la vez que me metía los dedos. uno, dos, tres, cuatro... joder, nena...
mientras yo la tocaba, ella se derretía y gemía. nunca había visto el orgasmo reflejado en la cara de una mujer, supongo que a mí me pasará igual...
... y fuera tres tías gritaban que se estaban meando mientras nosotras nos follábamos sin piedad.