miércoles, 21 de octubre de 2009

me gustan los lugares cálidos porque te hacen sudar. me gusta verte sudar, me gusta tu sudor, tu olor a hombre, un olor diferente al de otros, puedo reconocer lo macho que eres sólo con olerte. y te huelo, te aspiro, deseo ser tu camiseta para fundirme contigo, piel con piel, y entonces no sé qué pasa por mi mente calenturienta pero me muerdo el labio inferior y empiezo a licuarme. mírame, mírame, repito en mi cabeza y tú me miras, quizás porque has aprendido a escucharme cuando me vuelvo perra-hambrienta quizás porque tú también hueles lo que se cocina entre mis piernas. me miras, no me quitas ojo porque sabes que lo voy a hacer, como siempre. ya está, lo estoy haciendo, me toco por debajo de la mesa. la gente va a lo suyo y nadie nos ve o tal vez sí...
te incomoda y te encanta al mismo tiempo.
yo te encanto y las muecas de placer que se proyectan en mi cara y a mí me encanta la expresión de la tuya... y siempre igual, tú que acabas usando mis bragas de servilleta, a mí al salir me guiña un ojo el camarero y después follamos en la calle de atrás.

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